lunes, 9 de diciembre de 2013

Esto es lo que hago / This is what I do


Me gustaría contaros sobre toda mi experiencia musical a lo largo de estos años, pero hoy quiero hablaros sobre un concierto muy especial. 

El pasado 16 de Noviembre hice un concierto improvisado en EBE, durante un conjunto de conferencias en Sevilla. Mi concierto consistió en 45 minutos de improvisación directamente de cara al público. Fui generando secuencias, solos y sonidos sobre la marcha. Usé para ello 2 iPads y 1 iPod Touch. Os dejo con el trailer, el audio completo lo subiré a Soundcloud a lo largo de este mes. 


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I'd love to tell you about my musical experience over these years, but today I wanna focus on a very special show I did. 

On November 16th, 2013, I did an improvised concert in EBE - an event consisting on conferences about web entrepeneurs, in Seville, Spain. It was a 45-minute-solo performance. I was generating sequences, solos and sounds on the go. I only used 2 iPads and 1 iPod Touch. 


This is the video-trailer, the whole audio will be available in Soundcloud this month. 





martes, 24 de septiembre de 2013

Lo que me enseñó el último single de Miley Cyrus

Siempre he dicho que hay que escuchar de todo, pese a gustarte más un estilo. Yo pasé por todas las fases: desde mi época punk, mi época pop comercial, mi época heavy, mi época rock progresivo... y la época electrónica actual, mezclada con un poco de todo lo anterior.

Si te paras a escuchar solo un estilo, generarás rutinas, patrones e influencias que mermarán tu música y al final sonarás a "refrito de X e Y". Algo así comentaba Alex Guerrero no hace mucho en su blog. Por eso, siempre he escuchado un montón de música que, aunque no me guste, a la hora de oírla voy más allá. Enriquece lo que hago con múltiples detalles. Por eso, antes de poneros el ejemplo de Miley Cyrus que os comentaba, quiero que escuchéis un remix que hice de un tema de Lady Gaga hace un par de años...

Lo hice completamente con el iPad. Probando aplicaciones: sacando sonidos guitarreros, pads atmosféricos, baterías modificadas, varias lineas de bajo, sintes arpegiados... Todo distintas influencias. Y es que, si algo relaciona este remix con el tema de Miley Cyrus del que quiero hablaros, es que me autoimpuse un límite de máximo 16 pistas.

¿16? Parece que muchas veces con eso no tenemos ni para empezar. Pero en realidad, ese sacrificio que hice con ese tema (incluso dejando una pista entera solo para un sample de 4 segundos... caprichos que se da uno) me ha venido de perlas posteriormente.

Por eso hoy, cuando fui al gimnasio y fui, deliberadamente con el nuevo single de Miley Cyrus en el iPod (Wrecking Ball), me dije "tengo un buen número de escuchas por delante para apreciar todos los detalles". Reconozco que la música comercial está un poco mal vista desde el punto de vista del músico que hace todo por amor al arte y que acaba palmando mucha pasta (como yo he hecho) en ensayos, transportes, instrumentos, software (sí, los hay que todavía pagamos por software), etc.

Me sorprendió que, lo primero, hubiera tan poquita cosa en un single. Comenzaba muy frágil, con unos glissandos en la voz que me encantan (un recurso que todavía no he usado y tengo ganas de poner en práctica), para luego entrar la batería con un empaque genial (yo la hubiera exagerado más aún, como en el tema Halo de Beyonce) y el resto de la banda, más coros y demás. Incluso tiene momentos a capella y silencios. ¡SILENCIOS! Tan necesarios y tan olvidados. 

¿Cuál es el secreto del éxito, más allá de si relacionamos los instrumentos y ausencia de ellos con lo que quiere decir el tema? Que hay lo justo y necesario, no sobra nada. Muchas veces nos enfrascamos en meter con calzador sonidos que nos gustan, para luego complementar otra parte del espectro con otro sonido, luego un colchón "de los que nunca sobra", luego una batería con un spread para que ocupe todo, etc. Y así generamos contrafase. O lo que es lo mismo: que tantos elementos acaban anulándose unos a otros y el resultado auditivo es deficiente. Y es que, al igual que no hay grupo en directo que suene mejor que Rush o Police (nota, son tríos), en estudio pasa tres cuartos de lo mismo. Como "se puede", pues ale, a incluir todo tipo de artilugios. Que si este plugin, que si este sinte, que si este bajo haciendo la octava del otro, que si... ¿Entendéis?


Por eso, el consejo que puedo dar (y lo que me enseñó este single de Miley Cyrus) es que hay que seleccionar mejor nuestros sonidos. Modificarlos para que no se pisen en el espectro, hacer que cada uno, como en un cuadro, tenga su espacio sin anular a los demás. Y sobre todo, que la voz esté bien presente (Otro tema a hablar sería el Rider que usaron para la voz, porque se dispara al final de los estribillos con la ausencia de banda, faltaría ver si hicieron una especie de Ducking para que primara la voz de Miley).

Menos sonidos, pero mejores ;) ¿Qué opináis?

viernes, 6 de septiembre de 2013

Un golpe de suerte

En 2007, yo tocaba el teclado en un grupo de metal extremo melódico llamado Elderdawn (por cierto, siguen en activo y son unos chavales muy majos, echadles un oído). Me configuraba mis propios sonidos, me encantaba tener mi propio atuendo y maquillaje para salir a tocar en directo... Me lo pasaba bien. Disfrutaba con lo que hacía. Tras una noche de concurso de bandas en Ritmo y Compás, al no vivir en Madrid por entonces (pese a hacerme 400 kilómetros cada vez que iba a ensayar: creo que es el signo de mi devoción por la música) me quedé a dormir en un hotel con mi equipo. A la mañana siguiente, el teléfono sonó. Me despertó antes de que yo recuperara todo el sueño atrasado y estuviera descansado. La llamada fue aún más antológica: con los ojos casi cerrados tras buscar el móvil a oscuras, la voz grave de ultratumba y el no saber a ciencia cierta lo que pasaba, escuché una de las frases que nunca olvidaré: ¿Quieres telonear a Dimmu Borgir esta noche en La Riviera? Me reí, mezcla del nerviosismo, escepticismo e incredulidad. ¿Telonear, yo, a un grupo por el que me llegué a hacer 1000 km para un concierto, de mis favoritos (entonces) y una referencia de la escena? Además, ¿En La Riviera? Allí había visto yo muchos de mis grupos favoritos... "Es que Amon Amarth han quedado tirados en Portugal, se les ha roto el bus y no podrán llegar a tiempo. Si no lo cogemos, se la darán a otros (la oportunidad)..." Acepté. Llevé mi equipo de nuevo a La Riviera, donde asistí al montaje del escenario y prueba de sonido de un grupo grande. Por fin, desde cerca. Era un sueño hecho realidad. Sin embargo, todo lo que os podáis imaginar que fuera mal... Fue mal. Sin cantante principal, tuvimos que solventar las melodías entre 2. Probamos sonido 10 minutos antes de salir a tocar, cuando la gente ya estaba en la sala. Y aquí venía lo peor... Mucha gente venía a ver a Amon Amarth y al encontrarse a otros, nos cayó la del pulpo. Nosotros lo sentíamos tanto como ellos, pero por otra parte, estas oportunidades pasan una vez en la vida. Y puede salir bien, regular, mal. . Pero hay que disfrutarlas. Lo intenté todo: desde la introducción con la Banda Sonora de Terminator 2, tocada por el grupo... Hasta improvisar solos espectaculares. Tanto es así que aprendí a tocar el teclado sin mirar, desde cualquier posición... De espaldas incluso. Todo para poder dar el 100% y entregar un gran espectáculo. Pero nada de eso hizo efecto. No gustamos. La gente no quería vernos, no quería nada que no fuera amon amarth. Estas oportunidades pasan, y hay que cogerlas. Y para ello, hay que estar preparado y entrenado. Saber dar todo lo posible. Porque nunca sabes cuando pueden llegar. Si algo aprendí ese día, es que siempre has de tener un plan A y un plan B. Llevar un backup por si falla lo principal. Y sobre todo, disfrutar mucho. Porque sin esa chispa, nada tendría sentido en el mundo de la música. Podría hablaros de los camerinos de los grupos grandes, exigencias y demás... Pero eso lo dejaremos para otro día.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La tecnología, lo auténtico y lo realmente importante en la música

Desde que empezara a tocar el violín con 9 años, han pasado ya 20... ¡20 años! En ese tiempo, he tenido la oportunidad de viajar por parte del mundo, conocer mucha gente y muchos puntos de vista... todo desde el punto de vista musical. Por eso, cuando me decidí a abrir un blog contando las experiencias de estos 20 años, me pregunté... ¿Por dónde empiezo? ¿Cuento las fiestas privadas donde yo he elegido y puesto la música? ¿Los conciertos con las orquestas del conservatorio? ¿Anécdotas como despertar un día sin saber que esa misma noche tocaría en La Riviera?

Sin embargo, aunque esas historias llegarán, creo que este blog debería reflejar mi punto de vista sobre qué es a día de hoy el mundo del audio y la música para un músico como yo, con mi evolución durante estos 20 años. 

Hoy os quiero hablar de 3 historias. Nada más, solo eso: 3 simples historias relacionadas con la música.


1) La tecnología. El mundo del audio es uno de los más beneficiados por los avances. Pasamos de pianos con un determinado sonido estático a sintetizadores donde cada uno podía generar su propio sonido. Pasamos de grandes estudios llenos de equipo a poder grabar álbumes en un iPad en cualquier lugar. Yo pienso que todos los avances son buenos: el factor romántico de hacer todo a la antigua usanza da una recompensa emocional que no se puede igualar con lo frío que es el mundo digital. Pero el mundo digital nos permite potenciar y multiplicar nuestra creatividad para que no se pierdan las ideas. Porque ahora todo es realizable. 

Discutir que los DJ's actuales no pinchen con vinilos o que usen el famoso botón de sync es estéril. Porque sería como defender las máquinas de escribir a día de hoy, cuando con un ordenador somos mil veces más productivos. Entiendo que la gente de la antigua escuela lo haga así, pero menospreciar el trabajo de alguien por usar herramientas que permiten llevar sus ideas más allá no me parece justo. Como decía el famoso anuncio de Pirelli, "La potencia sin control no sirve de nada". Usa la tecnología para potenciar tu música, pero aprende qué es cada elemento, cada parámetro. O si no, no te servirá de nada.



2) Lo auténtico. Todavía recuerdo cuando, con 17 años, pensaba que cualquier música que no fuera heavy no era auténtica. Y a día de hoy me río de aquello. Por una razón: porque lo auténtico es una soberana bobada. No hay estilos más auténticos que otros. No hay que pinchar determinado estilo "porque tenga más clase". Pienso que la música hay que disfrutarla y no cerrarse en banda. Y en el proceso de creación, igual. 

Que no te vendan que pinchar con Serato o Traktor es de baja categoría. Que no te coman el coco con "si no usas el estándar de la industria, vas mal". Y sobre todo, no te creas a nadie que venga discriminando tu música/técnica por alejarse de ciertos cánones. Las reglas están para romperlas. Lo auténtico no es pinchar con vinilos, es darle al público de la sala una noche inolvidable independientemente de si pinchas con un iPad. Lo auténtico no es interpretar la partitura cuadriculadamente, sino darle tu espíritu y que se vea tu marca. Y lo auténtico no es salir con una playlist estudiada para un sitio, sino improvisar dependiendo de como veas a tu público. 



3) Lo realmente importante. Cuanto más entras en el mundo del audio, más te picas. Más quieres saber, más gente conoces. Y llegará el punto en que te recomienden tanto algo que pasará a ser sagrado: cierto compresor, cierta configuración para la EQ, cierto micro específico, cierta manera de grabar o pinchar...

Olvida todo eso. Interésate por mejorar, por imprimir tu sello y no lo de los demás. Porque siendo como los demás, nunca destacarás. Por suerte, tenemos Internet lleno de tutoriales para aprender. No te preocupes de tener el mejor equipo disponible, sino el que te venga bien a ti. El que cubra tus necesidades. Tener un Ferrari para ir a comprar el pan puede quedar muy bonito de cara a la galería, pero no encaja. 


Lo realmente importante es que disfrutes.